El helado

Ya es la penúltima semana de clases y la última semana de mi mejor amiga del Erasmus, Roksana. El martes que viene volverá a Polonia para empezar una nueva etapa en su vida. Su novio ya está en Cracovia, trabajando como traductor en una empresa. Estoy un poco triste que ella se vaya, pero volveré a verla en Londres algún día (quizás este verano). Somos muy parecidas y es una lástima que sólo nos encontramos este febrero, porque ella también estuvo aquí en Málaga desde Septiembre.

El viernes fui a casa de Roksana para hacer mi traducción individual. Ella también tenía que hacerlo, por eso decidimos trabajar juntas, porque pensamos que sería mucho más agradable y fácil. Cuando llegué, y antes de empezar con el trabajo, fuimos a la heladería preferida de Roksana. Normalmente no como helados porque tengo intolerancia a la lactosa, pero allí tuvieron helados sin lactosa. Estuve tan feliz, no te puedes imaginar. Me encantan los helados. Tome una cucharada grande del sabor chocolate negro y una de limón. Creo que fue la primera vez en dos años que he comido un helado. Nos sentamos en el salón de la casa de Roksana para comer nuestros helados. Pasaron dos horas y aún no hemos hecho nuestras traducciones. Así que decidimos dividir el texto por la mitad, y cada uno de nosotros sólo hace una mitad y después lo pondremos juntos. Hablamos más de lo que trabajamos, pero nos lo pasamos muy bien.

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